La programación neurolingüística o PNL es una metodología de la comunicación y del cambio, "orientada a la solución". Fue creada en los años 70 por John Grinder y Richard Bandler, se sitúa en la línea de la Escuela de Palo Alto. Nacido en los años 50, este centro de estudios sobre la comunicación y la psicoterapia fue la cuna de la terapia familiar y de las terapias breves.
Se apoyó de entrada en la psicología humanista, en las ciencias cognitivas y del comportamiento, las investigaciones sobre el lenguaje y el trabajo del Dr Milton Erickson. El objetivo de la PNL es modificar los comportamientos inapropiados y su especificidad es tener en cuenta que cada ser humano es único.
La PNL, concreta y estructurada, propone técnicas simples y eficaces para conseguir un cambio rápido, visible y duradero. Se considera el cambio como el puente entre el estado presente y el estado deseado.
¿Qué significa PNL?
"Programación": Desde la infancia aprendemos a hacer, pensar, sentir… observando nuestro entorno y reaccionando a estas informaciones. La PNL llama "programas" a estos aprendizajes que llegan a hacerse automáticos: la marcha, la lectura, la escritura… y también nuestras emociones y nuestras relaciones con los otros.
"Neuro": Nuestro cerebro y nuestro sistema neurológico rigen estos aprendizajes de forma consciente y no consciente.
"Lingüística": El lenguaje estructura nuestro pensamiento. Refleja nuestras experiencias y nuestra manera de interpretarlas y comprenderlas. Gracias a él podemos comunicarnos. Es el instrumento privilegiado del cambio.
La PNL estimula la realización concreta de proyectos y mejora la relación con uno mismo y con los demás. De entrada estaba orientada hacia la psicoterapia, pero hoy se utiliza en ámbitos tan diversos como la comunicación, la salud, lo social, la empresa, el coaching, la música, la enseñanza, el deporte de alto rendimiento… la PNL se muestra muy beneficiosa para los niños a partir de los 4 años.
La PNL para niños
Aplicada a la infancia, esta aproximación pragmática permite resolver en pocas sesiones dificultades de comportamiento: ayuda al niño a verbalizar sus preocupaciones y sus angustias, a conocerse mejor y a comprender a los otros. Gracias a las puestas en escena, a los dibujos y a algunos soportes específicos, se encuentran soluciones creativas o lúdicas, fáciles de poner en práctica. El niño, con su lógica e imaginación en perfecta armonía, se convierte en actor de su propio cambio.
La PNL ofrece técnicas de intervención eficaces para tratar dificultades personales y relacionales que, a menudo, están ligadas a una falta de confianza en sí mismo. Estas dificultades que, a veces, podrían parecer menores, pueden originar diferentes tipos de trastornos, que, después de exámenes médicos normales, se revelan de origen psicológico. En estos casos, es de gran ayuda la utilización de técnicas de PNL con la colaboración de padres, maestros y médicos.
La PNL tiene en cuenta distintos ámbitos de la vida de los niños:
Ámbito familiar: Circunstancias como la posición del niño en la familia, las rivalidades entre los hermanos, las enfermedades y el duelo o la separación de los padres pueden provocar que se encierre en sí mismo o muestre agresividad, dificultades para expresarse…
Ámbito escolar: Pueden darse situaciones como la hiperactividad, la agresividad, los problemas de concentración, la timidez, el fracaso escolar, la baja autoestima…
Ámbito emocional: El niño puede experimentar miedos, fobias, pesadillas, irritabilidad, impulsividad, enuresis, encopresis, rabietas…
Gracias a este trabajo con técnicas de PNL, el niño aprende a encontrar su sitio y a desarrollar nuevas capacidades apoyándose en sus propias experiencias de éxito.
La Dra. A. Moreno, pediatra con años de experiencia en diversas consultas de atención primaria, confirma la gran eficacia de este método:
"La PNL aplicada a niños permite resolver trastornos de adaptación aparentemente banales (el llanto en la puerta de la escuela, riñas entre hermanos…) y de este modo actuar de forma preventiva en salud mental infantil evitando que se cronifiquen o se estructuren como entidades patológicas. Además estas técnicas son también de gran ayuda en el tratamiento de patologías de más relevancia clínica como el TDAH, TOC, encopresis, trastornos de ansiedad, insomnio… "